Quiero escribir este artículo, para poner en relieve y que si no se acepta la incertidumbre del tiempo que tardarán en volver épocas pasadas de bonanza, en las que teníamos un trabajo cómodo y buen remunerado, nos puede traer frustraciones mentales y situaciones económicas graves.
El motivo que me ha impulsado a escribirlo es una experiencia personal conocida por mí, que si tú, lector te sientes identificado, te animo a que empieces a cambiarlo y actúes.
Corrían los primeros meses del decenio que estamos viviendo, tiempos de los mayores estragos de la crisis. Por motivos de baja actividad y por lo tanto de no cobrar las nóminas en tiempo y forma, un grupo de trabajadores, decide denunciar a la empresa ante el Juzgado de lo social e ir en último término al fondo de garantía salarial, para que este les pague esas nóminas e indemnización.
Uno de ellos, al cual hago referencia en este artículo, es por más de veinte años, el trabajador más antiguo y mejor pagado, por todo el tiempo que lleva en la empresa. Su cargo y actividad, siempre había sido la misma, puesto fijo en el mismo lugar, no queriendo, ni demandando más responsabilidad y atribuciones, aunque había tenido oportunidad En ese tiempo se había casado, tenía sus hijos y se había comprado una casa. Digamos que tenía una vida cómoda, había alcanzado su cima laboral, era feliz con lo que tenía y ya estaba esperando que trascurrieran los días, en su caso otros veinticinco años, para jubilarse.
Así por lo tanto tenía dos años de paro para no hacer nada, que fueron sabáticos sin perder mucho poder adquisitivo, ya que se los había ganado, por estar trabajando desde los quince años sin parar (en ese momento tenía cuarenta y cinco) y luego ya con ofrecerse a las empresas del ramo, ya que era único en su trabajo, pensando no tendría dificultades en encontrar otro puesto de similares características en desempeño y sueldo.
Pasaron esos dos años y se fue a preguntar a las dos o tres empresas del ramo, que había en ese momento en Madrid y alrededores. En los años de bonanza había muchas más
pero, llámale mala gestión para afrontar la crisis, o que no tenían la solución tecnológica que se demandaba en ese momento, estaban cerradas.
Hay que decir, que la empresa en la que estaba mi conocido, cuando acabo su paro, estaba a punto de cerrar, ya solo quedaban el dueño y un trabajador, de los cincuenta que eran en la época de esplendor.
Rápidamente su pensamiento de encontrar ese trabajo se tornó en desilusión y frustración, porque o bien no estaban en situación de contratar nuevo personal o bien porque el expertise que tiene, de esos veinte años hacer siempre lo mismo y no preocuparse por aprender o reciclarse, ya no era necesario para las nuevas tecnologías.
Lejos de entender la situación decidió lo más fácil para una actitud conformista, esperar a que le llamaran sentado, sin hacer otra cosa que matar el tiempo en el bar, ya que tenía todavía dinero guardado del Fogasa, porque que este en esos días, tardaba más de un año en resolver y pagar, por la avalancha de solicitudes
Tengo que decir, que durante estos años he tenido noticias suyas esporádicas, desde que decidió irse de la empresa en la que estaba, por contactos comunes, a pesar que previamente nos unía una estrecha relación.
Y así, a principios del año pasado, uno de estos contactos comunes, me dice que tiene una situación desesperada, que le llame al móvil, que quiere hablar conmigo. Así lo hago, por varias veces y no me lo coge.
Hace unas semanas, recibo una llamada de un número desconocido, se lo cojo por si era uno de mis clientes o conocidos y era él. Me comenta que está viviendo una situación muy precaria, que no tiene dinero, que está divorciado y vive «de prestado» en casa de un amigo.
Me quedé impactado en un primer momento, pero después no me quedé sorprendido, ya que si en un momento de crisis económica como el que estamos viviendo, en el que tienes un trabajo muy específico, lo pierdes y decides quedarte esperando en casa, a que el tiempo mejore para volver a recuperarlo, pues es complicado que sea así y al final te puede pasar lo mismo que a mí conocido, la persona de la que te hablo en el artículo.
Si hoy estás desempleado y has tenido un oficio muy concreto, es el momento que tengas que pasar a la acción y cambiar, reciclarte o dedicarte provisionalmente a otra ocupación renumerada, para no quedarte sin ingresos.
Si no tienes claro en qué actividad quieres buscar trabajo, lo primero que te recomiendo es que te realices a ti mismo un análisis DAFO personal. El Dafo es un cuadro, en el que debes de escribir, poner en valor tus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que has ido desarrollando a lo largo de tu vida.
Te vas a dar cuenta, que el DAFO, no solo es válido para iniciar un proyecto o lanzar un producto, te va a ser muy útil porque a través de él, vas a poder construir una sólida estructura para recorrer el camino de encontrar un trabajo.
A través de esas fortalezas y oportunidades te aseguro que va a ser más fácil acometerlo, ya que vas a buscar algo para lo que eres bueno o te gusta.
Las debilidades y amenazas te van a servir para incidir en ellas a través de la formación y convertirlas en fortalezas.
Quizás llevaras muchos años en el mismo puesto y de repente, con el despido te has sentido como ese boxeador al que noquean y pierde el sentido. De ti depende que sea por solo unos instantes y aproveches la esencia y el valor de esa experiencia, para encontrar algo parecido en otro sector, si el tuyo está muy parado por la crisis.
Por desgracia, no somos futbolistas de primer nivel y por lo tanto no tenemos un representante que nos busque una organización para trabajar, salvo que vayas a una empresa de trabajo temporal. Es por ello que debes fomentar tu marca personal y ayudarte del Internet 2.0. La marca personal, no es otra cosa que ponerte en valor, ya sea virtualmente o presencialmente, por medio de tu red de contactos, foros, lugares de encuentro….
En definitiva, si te han despedido de un trabajo en el que llevabas muchos años y a día de hoy no hay otro igual, salvo que te vayas del país, solo significa que se te abre un mundo nuevo de oportunidades, en algo que te gustará y no tenías idea que iba a ser así.
Lo malo es que es muy raro que se produzca solo, sentado en el sofá de casa, o en el bar escuchando e interiorizando lo mal que está «la cosa».
Supone esfuerzo, trabajo, pero hoy en día lo tienes muy fácil dispones de muchas herramientas e información para llevarlo a cabo. Con muy poco que las sepas utilizar, teniendo clara tu meta, para lo cual has hecho tu DAFO, el éxito está asegurado y te lo digo por propia experiencia.
Un saludo
Juan Toro
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Un comentario sobre “El trabajo que tenías antes, no va a volver”